IV Canción Cardenche en la actualidad
Claudia Desimone
La
 Canción Cardenche en nuestros días se encuentra en peligro de 
extinción. De acuerdo a un artículo de La Jornada, es en las mentes de 
los cuatro integrantes del Grupo Cardenchero de Sapioriz, donde 
sobrevive esta manifestación artística y emocional de los mexicanos.
Estos
 guardianes son: Antonio Valle Luna de 72 años quien lleva la voz 
fundamental; Guadalupe Salazar Vázquez de 60 años, lleva la voz de 
arrastre; la voz contralta o requinta la custodia Genaro Chavarría Ponce
 de 70 años, también se menciona a Fidel Elizalde, como parte de la 
agrupación.
Ellos
 son campesinos que trabajan la tierra, y que ahora se dedican sólo a 
sembrar forraje, como una especie de admonición de cómo los cultivos 
originales y la expresión del folklor que nos ocupa va diluyéndose 
conforme avanzan los tiempos, pues indican que antes sembraban maíz y 
chiles como el jalapeño, el puya.  
Aunque
 las mujeres no sean mencionadas a menudo como intérpretes de este 
canto, los integrantes del Grupo Canto Cardenche las evocan no sólo como
 musas o depositarias de sus melancólicos deseos, sino como sus mismas 
maestras, ya que mencionan en sus historias sobre cómo conocieron esta 
tradición, que tanto sus padres como sus madres fueron quienes les 
transmitieron el cardenche con devoción y pasión al mismo tiempo.
Don
 Fidel Elizalde cuenta que en las madrugadas, cantaban tanto su papá 
como su mamá, y que eran muy buenos ambos aunque “me está feo en 
decirlo” (Jiménez, 2009).
Esta
 presencia de las mujeres también se encuentra en las entrevistas a los 
cardencheros, que las rememoran cantando en el río. (Palacios). 
Por
 otro lado, respecto a la promoción y difusión de este canto, uno sus 
más entusiastas impulsores es Francisco Cázares, quien como parte de la 
Unidad Regional de Culturas Populares en Coahuila, se ha dedicado a 
distraer a la muerte de llevarse los rastros que aún quedan.  Otra 
figura fundamental para que esta tradición se difunda ha sido Alfonso 
Flores Domene, encargado de la misma Unidad, sólo que del Estado de 
Durango (Milenio, 2009).
Este
 conjunto sobreviviente, recibió en 2008 el Premio Nacional de Ciencias y
 Artes en la categoría de Artes y Tradiciones Populares. Al respecto, 
Don Fidel Elizalde expresó a La Jornada: “Nosotros tenemos un sueño, y 
si Dios nos ayuda, queremos invertir en un localito que nos sirva como 
un espacio cultural para hacer un taller e invitar a los chavos, a los 
niños, para que esto renazca” (Jiménez, 2009).
Es
 pertinente considerar como parte de la situación actual de la Canción 
Cardenche, la preocupación de los mismos cardencheros, que perciben que 
“la raza” se concentra en el puro entretenimiento, en la dispersión, en 
el vagar y de esta manera los jóvenes son incapaces de poner atención, 
algo indispensable para aprender este canto que salvo por las escasas 
grabaciones que existen, su salvaguarda es únicamente la memoria de 
aquellos que lo honran, cuidan y transmiten.
Se
 espera que la consecuencia natural de la recepción del Premio Nacional 
de Artes sea la revalorización de este patrimonio intagible y que los 
jóvenes, se vean atraídos por la resonancia nacional e internacional que
 está teniendo la Canción Cardenche, lo cual es urgente ya que el mismo 
Don Genaro Chavarría comenta: “Yo tengo un hijo con buena voz pero no 
quiere sentir” .
Respecto
 a artistas que se hayan interesado en dar a conocer esta tradición, 
tenemos a Juan Pablo Villa (quien ha interpretado entre otros cardenches
 “Al Pie de un Árbol)  y a Lila Downs. Ambos tienen versiones sobre la 
hermosa canción “Yo ya me voy a morir a los desiertos”.
Lo
 que cabe mencionar es que sus versiones son musicalizadas lo que 
traiciona el espíritu original, y que se centra en el poder de la voz y 
la emoción para llegar al escucha, sin interferencias ni distracciones 
de otros elementos que no le son inherentes.
Sin
 embargo, de todas maneras, representan esfuerzos de difusión de esta 
tradción lo que podría redituar en menor riesgo de muerte de este 
especial género.
El presente escrito es la parte IV de un ENSAYO 
realizado por Claudia Patricia Becerra Desimone 
dentro de la Temática Formas Musicales del Folclor Mexicano.
 
 
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