domingo, 25 de diciembre de 2011

LA VALONA

UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño
Escuela de Artes Plásticas
(Ex Claustro de Santa María de Gracia)
FORMAS MUSICALES DEL FOLCLOR MEXICANO

“LA VALONA.”


 Luis Antonio Sánchez Campos.
María del Roció Malvaez Téllez.

Fecha: 11 de Octubre 2010.

INTRODUCCIÓN.

En el Estado de Michoacán México se encuentra una región poco conocida y difundida llamada tierra caliente o región planeca como es conocida por los moradores del lugar. Esta región estuvo aislada durante la colonia y en los albores del México independiente, incluso hasta entado el siglo XX, se ha ido incorporando paulatinamente a la vida cultural del resto del país; hoy en día el acceso a la región es relativamente sencillo por carretera es una hora y cuarto desde Uruapan, pero hasta hace cuarenta años representaba un pesado y largo viaje, como lo es hasta nuestro días algunos otros lugares de la sierra madre del sur. La región de tierra caliente o región planeca como es conocida por algunos de sus moradores, es una ciudad de alrededor de (habitantes), Apatzingán es el centro económico de la región, cuya actividad principal en los últimos años es la agricultura, esta región es importante productora de melón, limón, pepino, arroz y algodón entre muchos otros productos agrícolas.

Uno de los rasgos característicos de la cultura popular de la región es la música planeca, constituida por los géneros del son, el jarabe y la valona.

HISTORIA.

Después de la conquista española la gente de tierra fría no era común verlos en la tierra caliente ni a los terracalentanos salir de su región pues se dice se destemplaban, las exigencias del desarrollo económico y las evangelizadoras vencieron tales problemas. Fue así como los agustinos llegaron a Tlapa-Chilapa primero, y a Huetamo-Pungarabato, vía Tacámbaro, después, con su cruz y su influencia musical. También el arriero es considerado como uno de los trasmisores de letras y tonadas, aparte de las mercancías que transportaban de un lugar a otro, recordemos que muchos de los ritmos musicales de México se dieron gracias a estas rutas, ya sea del bajío a las tierras calientes o bajas del balsas y del Tepalcatepec, que de estas al centro de México.

El soldado novohispano del siglo XVIII o el de la época independiente del XIX tampoco se quedo a la retaguardia en cuanto a llevar y traer canciones. ¿Qué decir de las cárceles, centros de estancia y focos de inspiración?. (Gerardo Sánchez D, “Mulas y Hatajos y Arrieros” Relaciones N°. 17, invierno 1984. El Colegio de Michoacán.

En el archivo del antiguo obispado de Michoacán Ramírez” en la casa museo de Morelos en Morelia) existen varios legajos que integran el pequeño ramo de Inquisición. En uno de estos legajos se halla el expediente de Pablo Joseph Loza “por haber cantado y proferido coplas y dichos heréticos”, (León, 1768-1771) .

Todo comenzó en el truco de la calle de Vanegas, en la ciudad de México, donde un muchacho de catorce años cantó esta copla:

Nadie se valga de dios
Dios no es bueno para nada,
Quien se valiera de dios
Su alma será condenada.
Esta copla se la enseño antes en la calle “un payo de la Villa de León” (Pablo José Loza). Uno de los escuchas (Ramón Venavides) buscó a Loza y le hizo ver que la copla era herética. Loza respondió “que otras peores tenía en su tierra en un cuadernillo” así el asunto llego a odios de la inquisición. Llamado a cuentas, en su primera declaración Loza confesó que no cantó sino que conservando con dos mancebos que corrían por el truco comenzaron a hablar de versos y coplas y le pidieron les diera unos de los que sabía, que los querían aprender, y les relato el siguiente:

Azote, mordaza y freno
Tiene nuestra Santa Fe
Para el que dixere,
Que, renegar de dios es bueno.

Y todo su trovo en decimas”. Habiéndolo terminado dijo el confesante que en la villa de León había un poeta llamado Miguel Cortes que había compuesto el verso de Nadie se valga de Dios”, cuyas coplas había cantando el mismo poeta en un fandango, es decir, en un baile, en un festejo. Localizaron a Miguel Gallardo alias el Cortes, dijo que si la había cantado pero que la compusieron otras personas, que en un tumulto de Guanajuato en la revolución de los jesuitas el año sesenta y siete , fueron de esta villa (León) las compañías de soldados españoles, mestizos y mulatos, y uno de estos llamado Antonio de Castro vecino de esta dicha Villa en el barrio de arriba le trajo esta copla, que se la dio un poeta que no sabe quién es, ni como se llama, para que gallardo la trovara, pues sabia y tenía fama de hacer versos en cuyo supuesto compuso las decimas del tenor siguiente:

La enmienda y la claridad
Es en contra del pecado,
Que hoy se halla un condenado;
Por no seguir la verdad:
A este mundo bajara,
De el cielo la eterna voz;
Que el que en el deleite atroz
No aclamare a su justicia
Y en pecado con malicia
Nadie se valga de Dios.

Sois estrella esclarecida,
Virgen de la concepción
Tú me otorgues el perdón
Pues de dios fuiste nacida
Virgen pura y concebida
Te busco por Abogada
Y que mi alma sea salvada
En la corte celestial
Porque el pecado mortal
Dios, no es bueno para nada.

En el que en el vicio inclinado
Notado de su desgracia
Quiere revolver la gracia
Con la culpa y el pecado:
Mi Jesús crucificado
Aun alma mucho la quiere,
Y más si en su gracia muere
Alcanza palma y victoria
Y tenga cierta gloria
El que de Dios se valiere.

No hay amor como el divino
Que es la gracia singular
Y que nos puede librar
De el mas infernal camino:
San Joseph sea mi padrino
Y la Virgen mi abogada,
Señor con fe tan colmada
Amante te busco a ti
Y el que no lo hiciere así
Su alma será condenada.

(Castañeda Manuel, Inquisición, Leg. 2 Archivo Histórico.)

Así el andar de las glosas nos lleva a las valonas.

¿Qué es la valona?

La Valona es un género narrativo constituido fundamentalmente a base de decimas, y no de coplas; suele llevar una cuarteta o una quintilla al inicio de la composición, que en los textos más antiguos hacía las veces de la planta, una cuarteta a glosar en las cuatro decimas siguientes: asimismo, después de las decimas, la valona lleva una copla, llamada despedida, que justamente suele anunciar el final del texto.

Se cree que el nombre del género, valona, pueda ser una derivación de vale, valedor, términos muy comunes hasta nuestros días en la región y en muchas otras áreas rurales del país; de ahí vendría la expresión "hazme la valona", es decir, un favor, un acto de camaradería, o bien, una composición poética improvisada, un saludo en verso, un panegírico, etcétera; por muchas partes del país se emplea esta expresión popularmente. Cabe señalar que aún hasta nuestros días en la Zona Media de San Luis Potosí y la Sierra Gorda de Guanajuato y Querétaro, la valona se usa precisamente para la improvisación, por lo general con un tema a propósito de la situación festiva en que se enmarca la música, o bien, para entablar una controversia con un trovador rival.
La valona es probablemente la forma más vital de la decima en el occidente de nuestro país; como he señalado, solía tener glosa, aunque desde los textos más antiguos del genero se manifiesta tanto el poco apego a la forma tradicional de la decima espinela como la escasa presencia del verso glosado al final de cada décima. Es decir, en la región, contrario a lo que sucede en otros lugares de Latinoamérica, se hace evidente la carencia de un reglamento para la factura de las decimas.

Aun cuando existe un gusto y una preceptiva tácita que enmarca la creación de las valonas, como detallare enseguida, ésta no coincide con los parámetros de la versificación clásica para la decima. Así se encuentra que los versos en las decimas pueden tener siete, o bien, nueve silabas o mas; en algunos casos, se puede dar aun la inclusión de un verso más entre los de la decima, con lo que las estrofas llegan a tener once versos; asimismo, la distribución de las rimas suele apartarse del esquema espineliano: abundan las asonancias, los versos no rimados e incluso, la disposición de rimas sin un esquema determinado (González,1999).

ESTRUCTURA

Poéticamente, la valona de la Tierra Caliente se constituye por una glosa, forma poética hispánica que data del siglo XVII y que se caracteriza por la inclusión de un poema breve en uno mayor, para explicarlo, ampliarlo, refutarlo, etcétera. La forma más común de la glosa, a la que pertenece la valona de Apatzingán, se constituye por una cuarteta de versos de ocho sílabas, que hace las veces de planta, es decir, el poema a glosar. Cada uno de los cuatro versos de la cuarteta será, sucesivamente, el último de las estrofas subsecuentes; es decir, cuatro décimas. Por lo general, las décimas en las valonas de la Tierra Caliente tienen la función de continuar el argumento de la planta, como en este ejemplo de "La renca", posiblemente la valona terracalenteña más conocida, dentro y fuera de la región:

Amigos, doy a saber:
una renca enamoré;
ella, me decían, que coja,
pero falta no le hace el pie.
Andando en tierras extrañas
me puse a echar una traza:
vale más malo en casa
que bueno en la casa ajena;
para mí, esta renca es buena,
ella es todo mi querer,
ella me da de comer;
con su patita arrastrando
buena me la estoy pasando,
amigos, doy a saber.

Como se puede advertir, la primera décima de la glosa, que aparece aquí a manera de ejemplo en seguida de la planta, desarrollo la idea expuesta en ella; la valona tendrá este típico carácter, entre narrativo y reflexivo: la anécdota ("ella es todo mi querer, / ella me da de comer") se plantea en conjunto con una serie de reflexiones, las más veces de carácter humorístico en el contexto de la trama del texto ("vale más malo en casa / que bueno en la casa ajena").

Una variante de la glosa es la llamada "glosa de línea", en la cual la planta no es una cuarteta, sino un solo verso con el cual terminan las cuatro décimas. Este artificio se encuentra en varias valonas de la Tierra Caliente, como en "El timón", cuyo verso a glosar, "el que se hurtó mi timón", es el remate de cada décima de la glosa. El asunto de esta valona es exponer toda la serie de castigos que el narrador desea para el ladrón que le hurtó el timón de su arado. Así, la tercera décima dice, por ejemplo:

Le demando mis atrasos
para su mayor gobierno;
que pase por el infierno
y le den fuertes diablazos,
también unos tizonazos;
ha de llevar mi timón
Sirviéndole de bordón;
el diablillo más chiquillo
que lo arrastre del fundillo
al que se hurtó mi timón.

La glosa, como puede verse, es un artificio que requiere de ingenio, para insertar un poema breve -o incluso un solo verso- en una composición mayor haciendo que ambas dialoguen y formen una unidad a un tiempo. Lo que parece un recurso meramente formal, de versificación, en el fondo marca un carácter particular al poema, en virtud de la vuelta que debe hacer, al final de cada estrofa, al verso a glosar. Aun cuando humorísticas, las valonas de la Tierra Caliente, como las composiciones glosadas en general, tienden a desarrollar un carácter explicativo que justifique y explote la presencia de la planta en las décimas. Así, pues, la glosa es, entre otras cosas, una forma poética que demanda ingenio y destreza, pues si bien el poeta sabe de antemano cuál será el último verso de cada estrofa, la manera como solucione su inclusión en cada caso constituye un bello reto para la creación.

Ahora bien, ¿cómo explicar el hecho de que una forma poética tan compleja, que en principio parecería más bien un artificio culterano, se haya arraigado en una región aislada, de población eminentemente rural? La respuesta a esta pregunta tiene que ver con las circunstancias históricas en torno al género de la glosa desde los últimos años de la Colonia y, asimismo, plantea hondos cuestionamientos acerca del modo de ser de los géneros folclóricos, que contrario a lo que se cree muchas veces, no necesariamente son simples formal ni poéticamente y, por el contrario, muchas veces conllevan una dificultad que supera a la de los géneros cultos. Para comprobar esto, basta con presenciar la labor de un trovador que improvisa una décima -ejercicio que se da en muchas regiones de la América Latina-, no sólo rápidamente, sino de igual forma con un sentido poético y retórico efectivo. La mayoría de los poetas cultos de nuestros días no podrían hacerlo, ni aun con una preparación de años en muchos casos.

Prácticamente a lo largo de todo el siglo XIX la glosa y la décima fueron las formas poéticas favoritas para dar cuenta de algunos sucesos de la vida social del país, tanto hechos políticos como fenómenos naturales, sobrenaturales, crímenes y catástrofes. No únicamente solían detallarse los pormenores de los sucesos en cuestión, sino que por lo general la crónica iba acompañada de la reflexión en torno al asunto; por supuesto, se trataba de una reflexión las más veces satírica.
En paralelo con esta vertiente periodística de la glosa y la décima, se cultivaron los textos de carácter amoroso, los panegíricos, los textos humorísticos de contenido hiperbólico. Las glosas y décimas de tipo religioso tuvieron, por su parte, una larga tradición popular, que se remonta al siglo XVII.

Estos poemas tienen en su mayoría un origen escrito; en el siglo XIX se estamparían primordialmente en hojas sueltas, en imprentas de la capital del país, pero desde la centuria anterior circularían, fueran impresos o manuscritos.

Así, la popularización de décimas y glosas sería un fenómeno desprendido, en la gran mayoría de las veces, de poemas escritos, que en virtud del canto y de la memoria serían prodigados a todo lo largo y ancho del territorio nacional, antes y después de su mengua con la expansión de Estados Unidos hacia territorios antes mexicanos.

De tal forma, es posible encontrar glosas y décimas del siglo XIX vivas en el folclor del XX y aún en la actualidad, en regiones como el sur de Veracruz, el estado hoy norteamericano de Nuevo México, y la Tierra Caliente de Michoacán.

Los cantores populares de diversas regiones aprenderían, en principio, los textos, y después los recursos creativos para desarrollar sus propias glosas y décimas.

Un aspecto muy importante sería la adaptación que en cada caso tendrían los textos para ser cantados con el estilo y la instrumentación propios de cada región.

En la Tierra Caliente michoacana, se ejecuta siempre una melodía instrumental con tipo de marcha, como introducción y a manera de interludio entre cada estrofa.

Más que cantarlo en sentido estricto, el valonero salmodia el texto en un estilo semejante al de los recitativos de ópera; suele entonar un "¡ay!" antes de los versos primero, tercero, sexto y octavo. Al final de la última parte instrumental, se agrega una cuarteta de despedida, y al final de ésta, un son o un fragmento de son, a manera de fuga o salida.

La valona constituye, pues, una unidad poético-musical compleja; a diferencia del son y el jarabe, no se baila. En ella prevalece ante todo la buena enunciación del componente poético, motivo por el cual los valoneros se sirven, como he señalado, de la recitación apenas con una leve variación tonal, que privilegia el hacer comprensible el texto para el auditorio que lo escucha.

Para dar cuenta de la manera como la glosa se adaptó en la Tierra Caliente para convertirse en valona, presento a continuación "Las huinas", un ejemplo que da cuenta justamente del modo de ser de la región, donde abunda una fauna de insectos picadores y ponzoñosos. Se trata de una glosa de línea, "uñas, ¡para cuándo son!", advierte sobre la fuerte comezón que sigue a las picaduras de esta fauna de pequeños e incisivos seres, que suelen ser más severos con el fuereño; se enumera, así, toda una serie de insectos de curiosos nombres, voladores y no, que con sus picaduras obligan a uno a rascarse.

Como he señalado, además de este carácter reflexivo, en la valona prevalece la intención de narrar una anécdota, que generalmente da cuenta del modo de ser de un tipo popular determinado; así, se encuentran en los textos del género en cuestión las descripciones del ladrón, el padrastro, el cazador, las suegra, la esposa insaciable, los jotos, los migrantes (llamados "norteños"), los narcotraficantes, etcétera.

La valona constituye un medio de representación del mundo según el cual se describe la compleja personalidad de un individuo con apenas un esbozo limitado a unos cuantos rasgos, con los que arbitrariamente se juzga el modo de ser de un personaje determinado, con el propósito fundamental de mover a la risa.

Por muchos años, a lo largo del siglo XX, los valoneros mantuvieron en la memoria una serie limitada de textos; los más populares entre ellos no superaban la veintena. Sin embargo, a raíz de la convocatoria de los concursos de música tradicional que año con año se efectúan en Apatzingán durante el mes de octubre para conmemorar la Constitución de 1814, se irían creando en el último tercio del siglo recién acabado nuevas valonas que si bien han continuado el carácter humorístico y la descripción por tipos, característicos de sus predecesoras, han prescindido de la forma glosada de éstas, por lo que ha prevalecido en ellas el componente narrativo por en cima del talante reflexivo de la glosa.

Si bien poéticamente las valonas nuevas han retomado recursos del repertorio antiguo del género, es sobre todo el humor lo que ha prevalecido en ellas; en muchos casos, explotado el recurso del doble sentido. Se han incorporado, por otro lado, temas actuales, como la migración a Estados Unidos, el transexualismo, el narcotráfico y hasta la píldora del Viagra.

INSTRUMENTOS MUSICALES:

El conjunto que interpreta las valonas está integrado por:

Arpa Grande de alrededor de 36 cuerdas
Dos violines
Una vihuela (guitarra con joroba que usan los mariachis)
Una jarana o guitarra de golpe

LA VALONA EN LOS CONCURSOS.

Recordamos que la valona es una forma poética folklórica, normalmente compuesta por decimas, en la tierra caliente de Michoacán se organiza un concurso de valonas , no solo es para ver la capacidad de los valoneros sino mas bien para fomentar entre las nuevas generaciones el gusto por la valona y así conservar y difundir sus tradiciones. Además de presenciar valonas inéditas, surgen nuevas características de nuevas valonas, las coincidencias con los textos más antiguos y la transformación que han tenido hasta nuestros días.

Desde el año de 1956 se realiza los días 21 y 22 de octubre, en Apatzingan, Michoacán, como parte de los festejos de la conmemoración de la Constitución de 1814, un concurso en el cual se presentan los géneros musicales y danzas tradicionales de la región, con su conjunto característico de arpa grande, destacando los sones y el famoso jarabe, pero un género muy esperado en cada concurso y fiestas del lugar es la valona. Cuenta la gente del lugar que algunos músicos locales habrían dedicado valonas a los legisladores presentes durante este hecho histórico. Esto hace que se trate de un argumento prácticamente oficial, que procura otorgar el sustento de un dato histórico, no solo a la música de la región, sino a la comunidad misma. Es decir, constituye el fundamento mítico que otorga un destino y una razón de ser a la comunidad, a la vez que justifica la presencia de la música tradicional en la ocasión de la fiesta cívica local, que conmemora precisamente la Constitución de 1814.

Este hecho explica el porqué existe ese acento que se ha puesto a la valona en los concursos, pues conlleva parte de la identidad de los apatzingueños. Se ha promovido la creación de nuevas valonas. Encontrar músicos que se dediquen a estos géneros musicales hoy en día es un poco complicado, pero se encuentran estos grandes arperos, violineros y valoneros de la escuela tradicional: 
• Timoteo Morales, el palapo
• Simón Jiménez, el nopalito
• Chon Lario
• Isidro Gutiérrez
• Beto Pineda
• Teodoro Chávez
• Vicente Robledo
• Salvador Chávez

Según cuenta don Rafael Álvarez Sánchez, hace unos veinte o veinticinco años que empezó la valona de cuño en los concursos octubrinos. Esto sucedió debido a que los jueces establecieron la condición de que los valoneros presentaran textos inéditos, dado que en los primeros concursos se repetían siempre los mismos.

Una buena parte de las viejas valonas, que integraron el repertorio viejo, de planta y glosa, fueron recopiladas en un artículo considerado ya un clásico, por Thomas Stanford (1963), recopilado en los primeros concursos de música tradicional. Son textos de carácter más humorísticos.

El repertorio nuevo, hecho en los concursos más recientes, mantienen el tono humorístico, pero no así la forma de glosa. La influencia de los concursos se ha dejado sentir no solo en la creación de nuevos textos del genero sino asimismo en su transformación. Los concursos se han convertido en una institución política, en la que se valida a determinados textos y valoneros frente a otros, esto a perjudicado a la población de valoneros pues algunos ya no quieren participar pues dicen que los jueces tienen ya sus favoritos para ganar.

El concurso ha llegado a influir de manera determinante en la conformación del género de la valona. En el ámbito textual, en las nuevas valonas se ha olvidado por completo la forma glosada; las estrofas de planta y despedida han crecido en muchos casos a cinco versos, y, asimismo, se han desarrollado particularmente los textos de carácter picaresco, explotando especialmente el doble sentido.

Ahora se han agregado temas que en las valona viejas no existían como el religioso, además han aparecido solistas recordemos que los valoneros eran parte del conjunto de música, entre los valoneros solistas encontramos a él Chaparrito de Oro y Antonio Cuevas, estos han generado un estilo de interpretación más acelerado, que no agrada mucho a los viejos músicos, porque dificulta la compresión del texto, la cual era requisito indispensable para los valoneros tradicionales.

Todo esto ha ocasionado nuevos conflictos en los concursos pues lo jueces han llegado a consagrar en nuevo estilo de interpretación, así como las valonas inéditas, por encima de las tradicionales, a la vez que ponderan otros rasgos, como el empleo de la vestimenta típica, que los músicos de los conjuntos actuales han abandonado, se da en la actualidad la paradoja de que los valoneros que llevan más años en la ejecución del genero no participen en los concursos, o bien, que no ganen primeros lugares. Aquí se da lugar a cuestionar a los organizadores si se trata de rescatar un estilo nuevo por encima de estilo tradicional.

OTROS LUGARES DONDE EXISTE LA FORMA MUSICAL DE LA VALONA.

Según músicos populares de la Zona Media e la Sierra Gorda se le llama valona a un tipo de música que acompaña a ciertas composiciones líricas que denominan decimales en Rio verde, El Refugio, Querétaro y Xichú, compuestas con el tipo de estrofas que a nivel académico se conocen como décimas glosadas de cuarteta obligada, y que se usan para las velaciones (religiosas) y el huapango (secular) propios de la región. Los decimales van trovados = improvisados. En Jalpan le llaman valoneo a esa misma música (a los decimales les anteceden las poesías, que no se improvisan generalmente, cuyas estrofas también se derivan del tipo de estrofa conocido como décimas a nivel "culto", las cuales van recitadas intercalándose el canto de las plantas de las estrofas de las dichas poesías acompañadas con la tonada o valoneo. Después del decimal se toca un jarabe o un son).

Mario González, violinista del noreste de Guanajuato, afirma que la valona se conforma con diferentes fragmentos o secciones musicales. Estos fragmentos reciben diversos nombres. El que se intercala después de cantarse la planta del decimal se llama introducción. Posteriormente, entre tres de las cuatro estrofas se entremeten secciones diferentes llamadas remates, a las cuales se añade a continuación, siempre, la introducción. Después de la cuarta estrofa el guitarrero sólo da tres rasgueos indicando que ha terminado el decimal.

Cabe agregar, en base a testimonios de músicos de la Tierra Caliente de Michoacán como Carlos Cervantes "el Maiceno" (RIP), si bien en dicha región los festejos de sones no se relacionaron al término huapango, que el género lírico local de aquella comarca conocido como valona es una composición en verso de la que se infiere por su forma que se deriva, al igual que los decimales de la Zona Media e Sierra Gorda, de glosas en décima de cuarteta obligada; si bien las valonas que se hallan en cuadernos de recopilaciones a veces tienen el esquema de rima atribuido a Espinel, actualmente raras veces encontramos ese esquema para hacer los pareados en las valonas de dicha comarca michoacana.

El concepto de valona de esa zona incluye la idea de que dichas composiciones se cantan acompañadas con cierta melodía preestablecida, la cual se remata con un son.

EL CONCEPTO DE DÉCIMA EN EL ÁMBITO ACADÉMICO.

Gabriel Saldívar (1934: 244-245, 296-298) halló un documento del siglo XVIII, en el AGN, en el cual se encuentra escrita una composición en verso cuyas estrofas el lector puede reconocer que son décimas glosadas en pies forzados de cuarteta obligada. Según afirma Saldívar, dicha composición es parecida a otra, de tipo popular, que era usual en la Huasteca, llamada trovo, y a la Valona. Por eso, el lector deduce que los trovos y las valonas de las que habla estaban hechos con décimas glosadas en pies forzados de cuarteta obligada. También describe como trovos otro tipo de glosas formadas en estrofas de cinco renglones que son las que más han hecho resaltar últimamente autores como César Hernández (2001:140-142), y Leonardo Zaleta (1998). Parece ser que Gabriel Saldívar desconocía la categoría de décima y su origen atribuido a Espinel, porque en su obra Historia de la Música en México (1934) no utiliza dicho término ni habla de ese autor  español; en cambio se limita a mencionar las categorías populares locales aplicadas a este tipo de estrofas. A lo largo de una obra posterior de Vicente T. Mendoza, La Décima en México, Glosas y Valonas (1947), sí se encuentra el término décima que para él se define como cierto tipo de estrofa de diez renglones cuyo esquema de rima más común es el atribuido a Espinel, que se esquematiza como ABBAACCDDC, aunque también acepta como décimas las estrofas que tienen otros esquemas un poco diferentes de rima.

EL CONCEPTO DE DÉCIMA A NIVEL POPULAR.

Para Socorro Perea (comunicación personal), los músicos del huapango y las velaciones de este estudio no tenían conciencia de que las estrofas que constituyen sus composiciones en verso se llamaran décimas y tampoco sabían de su origen. A su vez, Guillermo Velázquez platicó que no se tenía conocimiento de que esta tradición estuviese emparentada con otras formas de trovar similares de América y España, sino que recién se ha sabido gracias a los trabajos de algunos investigadores. Si las poesías y decimales muestran evidencias de que derivan de la forma estrófica llamada décima a nivel académico, y si bien algunos trovadores de poesías y decimales emplean el término décima para referirse al decimal —que yo supongo es una adopción relativamente reciente por lo que comenta Socorro Perea—, los datos señalan que antiguamente hubo una diversificación de términos para referirse a este tipo de estrofas en diversas tradiciones populares. Es el caso de los términos poesía y decimal en esta tradición y trovo para el caso de la Huasteca (el cual no era exclusivo de las décimas según Saldívar) mismo que detecté entre músicos de velaciones y fandango de Jalpan para referirse a las estrofas en décima, y en el occidente con el término valona.

Mendoza (1947: 5) asevera que: “Otros mejor informados en la tradición musical explicaban que valona era una parte del jarabe, y explicaban sus características, y de hecho planteaban un problema por estudiar, un género musical por determinar y abrían una amplia interrogación”.

Hoy día músicos tanto de sones calentanos como de arpa grande del estado de Michoacán, entidad de la cual procedían algunos de los colaboradores de Mendoza (1947: 6-8, además uno era de Zacatecas, y la mayoría eran de Jalisco), me comentaron que se les llama partes a diferentes secciones musicales instrumentales que conforman la música del género popular de los jarabes, entre las cuales se intercalan estrofas cantadas. Es posible que, en el pasado, el término valona se refería también a música en las tradiciones del occidente de México, según la cita textual del libro de Mendoza en la que el autor señala que este término fue definido como una parte del jarabe por algunas personas del occidente que fueron entrevistadas por él. Dicho significado pudo convivir sin problemas con el otro en el que se define valona como el canto de estrofas en décimas glosadas con acompañamiento de una melodía determinada, el cual parecía el más común en las tradiciones de Jalisco y Michoacán, y es el único que se encuentra en la actualidad entre los músicos de la tradición de arpa grande de Apatzingán, Michoacán. Con esto ya no queda sin apoyo histórico la definición de los músicos de la tradición aquí estudiada quienes consideran con más frecuencia que valona es música, aunque, como ya dijimos, este significado del término convive en forma paralela con la acepción de valona entendida como el canto de las estrofas de la decimal, similar al concepto de Mendoza, la cual goza de menor difusión dentro de la tradición de velaciones y huapango de la Zona Media de la Sierra Gorda que aquí se analiza.

En las menciones antiguas valona aparece como baile de salón, pero no se especifica si llevaba estrofas en décima o no, por lo que no podemos afirmar ni negar tal cuestión. También tomemos en cuenta que la décima cantada en España casi no floreció, por ello en la obra coordinada por Trapero (2001: 188) y otros
autores reconocen que esta faceta de la décima es más americana que española.

Disminuyen pues las probabilidades de que géneros populares como la valona de Michoacán, o las poesías y decimales, que utilizan la décima para cantarla, hayan sido simplemente trasplantados de España a estas tierras, como creían Saldivar y Mendoza.

Con las anteriores consideraciones se intentará interpretar la in formación obtenida desde una perspectiva un tanto diferente a la de dichos autores. Como indican los documentos citados del siglo XVII y XVIII, la valona como un baile de salón independiente arribó a Nueva España (yo aventuro que sin décimas) como otros bailes que se enlistan en los documentos: alemanda, minué, etcétera.

Ramos Smith (1990: 40) señala que el minué llegó primero a España y de allí a sus colonias. De la misma forma sugiero que se dispersó la valona, siendo originaria de algún lugar relacionado al topónimo Valonia, como Flandes, o de algún otro, del cual derivó su nombre de valona, que sería gentilicio, al igual que el nombre del baile schottish o chotis que indicaría su origen escocés. Con el correr de los años, en el occidente de “México”, la valona como música de baile se integró a las partes del jarabe, con la cual en algún momento se empezó a acompañar el canto de estrofas independientes en décima, lo que explicaría por qué a Mendoza (1947: 644) unos le informaron que se cantaban las estrofas en décima del género tradicional de valona en un intermedio entre las partes de un jarabe, además de que otras personas afirmaron que valona se refería también a una de las partes musicales del jarabe mismo. En Apatzingán, Michoacán el género popular de valona, con décimas, no se baila, como tampoco se bailaba la valona de Jalisco, según Mendoza. Pero dentro de la tradición del huapango del Altiplano y Zona Media del Potosí, y de la Sierra Gorda, el público suele danzar los intermedios musicales que se ejecutan entre las estrofas del decimal, a los cuales los músicos llaman valona o valoneo. Entonces el baile no le es ajeno a la valona contemporánea, como creía Mendoza, por lo que sí suena lógico que, en el pasado, la música del baile de salón valona se haya integrado como una de las partes musicales que componen los jarabes, género popular eminentemente bailable. Por fin, unidas las décimas y la música del baile de salón valona, que se había integrado previamente a los jarabes, adquirieron independencia formando un nuevo género popular en las tradiciones del occidente, mismo que en algún momento se dejó de bailar, como aún subsiste en Apatzingán, Michoacán, y que es como le conceptúa Mendoza. En Rio verde y la Sierra Gorda las posibilidades de integración de la valona en la tradición de este estudio se multiplican. Ya sea que fue una parte del jarabe, un género coreográfico suelto como las piezas que aún se interpretan en las topadas, o se adoptó el género popular, ya independiente, constituido por música de valona y décimas, gracias a influencias del occidente de México, pues hay otros elementos de la tradición que parecen ser influencia de tales rumbos. Sin embargo en el arte popular de las velaciones y el huapango, a diferencia de las tradiciones del occidente, se sigue conceptuando a la valona como música que acompaña a las estrofas cantadas del decimal.

Pero veamos cómo y cuándo llegaron las influencias de los conceptos de Mendoza a la tradición de este estudio. Socorro Perea (1989: 12 -16), una de las pioneras en la difusión de esta tradición, conocía de sobra las definiciones populares de valona, poesía y decimal, usadas por los músicos y compositores de la región aquí estudiada. Con todo, prefirió darle el título de Décimas y valonas de San Luis Potosí a su libro, denominando décimas a las que más comúnmente los músicos llaman poesías, pues aclara que éstas no se cantan sino que van declamadas, y llama valonas a las que, con mayor frecuencia, los músicos populares denominan decimales o décimas, pues asevera que son estrofas que se cantan y se conforman de una peculiar forma literaria, la cual no es otra que la del modelo de décimas glosadas en pies forzados de cuarteta obligada que Mendoza concibe como la forma más perfecta de hacer una valona. Así, los conceptos del título del libro de Socorro Perea, los cuales utiliza preponderantemente a lo largo del mismo, concuerdan con las definiciones que hace el dicho Vicente T. Mendoza, aunque no es posible saber si consultó o no a este autor porque en su libro no cita bibliografía alguna.


CONCLUSIONES

En el presente trabajo me permitió conocer la forma musical de la valona, en el estado de Michoacán, en la región de tierra caliente, es donde se tocan las valonas, primeramente me permitió conocer algunas fuentes de donde viene la valona, las influencias que esta tubo para convertirse en esta forma musical, además me permitió saber y conocer los instrumentos que se requieren para ejecutarla.

Su estructura y el fin de crear valonas, en especial el repertorio que tenemos en el grupo de danza donde participo, se abre la región de tierra caliente con una, pero esta investigación me enseño que las valonas no se bailan se escuchan, por lo tanto me reforzó un conocimiento muy importante, las valonas se escuchan, no es baile, claro que forman parte de la fiesta pero para el zapateo sino mas bien para disfrutar la letra que recordamos es picara o de doble sentido. Ahora puedo hacer esa corrección con certeza pues efectivamente no se baila.

La información que se tiene sobre la valona, no es mucha, sobre todo que este documentada, fue un poco difícil encontrar información, pero la que se recaudo creo que es importante. También me permitió conocer el gran concurso de valonas que se efectúa en Apatzingan los días 21 y 22 de octubre, concurso que busca difundir y conservar esta forma musical.

Para terminar me di a la tarea de conocer algo que ejecuto como bailarín y que no conocía mas allá de escuchar y saber que era una música que me permitía realizar mi trabajo, después de esto ahora tiene mayor peso, la puedo utilizar para lo que es y sobre todo me permitió corregir un trabajo dancístico y poder ofrecer mi programa con mayor calidad y sustento.

REFERENCIAS.

• González Eduardo Raúl, La Valona de la Tierra Caliente de Michoacán.

"Valonas y Malagueñas de Abajo a Tierra Adentro" del libro Mitote, Fandango y Mariacheros de Álvaro Ochoa Serrano

• El valonal de la Tierra Caliente. Morelia: Jitanjáfora, 2002.

• La valona de Apatzingán. (Tesis de maestría en estudios étnicos.) Zamora: El Colegio de Michoacán, 2000.

• PEREA, SOCORRO, Décimas y valonas de San Luis Potosí, Archivo Histórico de San Luis Potosí - Casa de la Cultura de San Luis Potosí, San Luis Potosí. 1989.

• MENDOZA, VICENTE T. La décima en México, Glosas y valonas, Instituto Nacional de Filología y Folklore, Buenos Aires (Publicaciones del Instituto Nacional de la Tradición, serie B, No 1). 1947.

• http://www.culturatradicional.org/zarina/Articulos/lavalona.htm


ANEXOS.

• www.youtube.com/watch?v=O8e8A6cU9N8, Video de los Capoteños, la Valona de las tres Hijas.

• www.youtube.com/watch?v=7huqFDE-q2Q, video de una valona arribeña, San Luis Potosí.

• www.conaculta.gob.mx/.../sala_prensa_detalle.php?id...sec


2 comentarios:

  1. El apartado que se subtitula: "OTROS LUGARES DONDE EXISTE LA FORMA MUSICAL DE LA VALONA", que incluye "EL CONCEPTO DE DÉCIMA A NIVEL ACADÉMICO" Y "ELCONCEPTO DE DÉCIMA A NIVEL POPULAR", LO COPIARON DE ESTE SITIO: http://folkloreyetnohistoria.blogspot.mx/2009/11/del-huapango-jarabe-son-y-valona.html que publiqué desde 2009, y es parte de mi tesis de 2007.

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  2. Omiten el capítulo "Valonas y Malagueñas de Abajo a Tierra Adentro" del libro Mitote, Fandango y Mariacheros de Álvaro Ochoa Serrano. Nada tiene que ver Gerardo Sánchez en la valona.

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