viernes, 8 de abril de 2011

LAS PIREKUAS

UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
CENTRO UNIVERSITARIO DE ARTE,ARQUITECTURA Y DISEÑO



LA PIREKUA
CARDIELA AMÉZCUA LUNA

Lic. Artes Escénicas para la Expresión Dancística

Nivelación
SEDE: Morelia



FORMAS MUSICALES EN EL FOLKLOR MEXICANO

MTRO. LUIS BENJAMIN FLORES ISAAC




1.- PRESENTACIÓN

 La Pirekua como parte de las formas musicales en el folklor mexicano, reviste de trascendencia a nuestra musica, debido a que en su expresión artística de la etnia p’urhépecha, asentada ancestralmente en el estado de Michoacán. Su origen se remonta a los tiempos precolombinos, sin embargo es con la llegada de los españoles que adquiere la influencia de la guitarra y se enriquece, como el resto de la cultura híbrida, con sincretismo e interculturalidad.

El presente estudio se centra en la Pirekua de la región lacustre, ya que los p’urhépecha están establecidos en cuatro regiones: lacustre, meseta, cañada y ciénega. Cada región tiene variantes de lenguaje y culturales, aunque los integra y define una misma cultura madre, la diversidad geográfica, de clima y naturaleza, les confiere visones que les hace crear y expresarse con diferencias significativas, que a primera impresión pasan desapercibidas para los neófitos, pero que sin embargo para ellos mismos y para los enamorados de su cultura, no pasan inadvertidas; son en última instancia esas diferencias las que dan riqueza y pluralidad a un pueblo vivo e intenso en su espiritualidad, en su capacidad para celebrar sus tradiciones y mantener su fuerza de sangre orgullosamente indígena.

Hay evidencias de que en la cuenca del lago de Pátzcuaro se han desarrollado más de tres mil ciclos agrícolas, pero es a partir del siglo XI que aparecen los grupos que dieron lugar a la Cultura P’urhépecha, la cual ocupaba un lugar importante a la llegada de los españoles en el siglo XVI (Torres Latorre, 1998). A lo largo del tiempo, los descendientes de esta cultura han tenido en el lago de Pátzcuaro una privilegiada zona de refugio y de aprovechamiento de los recursos naturales, que les ha permitido desarrollar una cultura sostenida; ésta continuidad se materializa en usos, costumbres y tradiciones que perviven y se renuevan.

La fortaleza de la identidad p’urhépecha, pese a la interculturalidad provocada por la migración hacia Estados Unidos y otros lugares y la influencia de la globalización, se mantiene y se manifiesta tal como lo expresa Mac Gregor (1995):

“La identidad de un individuo y con ello su fortaleza cultural se nutre de manera definitiva de su entorno inmediato, el barrio o la comunidad. La identidad de un pueblo se enriquece y se renueva a partir de las aportaciones modestas, pero permanentes de los individuos que lo conforman. La identidad es pasado, historia y memoria colectiva; recuperar de él lo mejor, lo vigente, actualizarlo, respetarlo y valorarlo vigoriza la identidad, que también es presente, cambios y confrontación con la diversidad; es necesario defender lo propio pero también apropiarse de lo ajeno que sirva, agregue y enriquezca la identidad”.

Existen en la región dos zonas arqueológicas importantes, como las Yacatas de Tzintzuntzan, y el centro ceremonial de San Jerónimo Purhenchécuaro. En las poblaciones de Pátzcuaro, Tzintzuntzan, Quiroga, Santa Fe, entre otras se encuentran sitios de importancia religiosa. No menos importante ha sido y es la belleza del paisaje lacustre y serrano, la innata habilidad de la población para la elaboración de una gran variedad de artesanías en su mayoría provenientes de los recursos naturales regionales tanto terrestres como acuáticos y las ricas tradiciones y costumbres P’urhépecha que constituyen la base de la principal actividad económica de la región, que es el turismo, nacional y extranjero.

De la población total de la cuenca del lago de Pátzcuaro al año 2001 (INEGI) 63% se concentra en zonas urbanas y 27% en zonas rurales. Los hablantes de lengua P’urhépecha representan el 23% de la población total distribuida en 24 comunidades, de las cuales cinco son isleñas, dos se encuentran en la montaña y 17 son ribereñas.

Amanecer con la isla de Janitzio

2. TATA SERAFÍN Y SUS PIREKUAS

Según menciona es estudioso p’urhépecha Néstor Dimas en su ensayo “La tradición de la Pirekua en la sociedad p’urhépecha” del Colegio de Michoacán, los términos sobre las maneras de cantar en el mundo p’urhépecha sugieren también la existencia de un canto lírico popular entre la gente común. Continúa explicando que desde la llegada de los primeros frailes a tierras “Michuacas” éstos comenzaron la evangelización, utilizando todos los elementos y significados posibles para lograr su cometido, considerando sin duda la música, la danza, el teatro y el canto. No es difícil suponer que a través de este aprendizaje hayan resurgido algunos de los modelos nativos antiguos que se conservan y que fueron incorporados a los repertorios de las fiestas. Esto pudo haber sucedido una vez que los p’urhépecha dominaron y aprendieron a fabricar los instrumentos europeos traídos por los colonizadores.

Tata Serafín Teodoro Domínguez,
músico y compositor tradicional p’urhépecha

La dificultad para localizar fuentes que contengan información fidedigna sobre la música p’urhépecha hace realmente inaccesible el dar con el origen de la Pirekua. Sin embargo, en los mismos pueblos se considera que tiene “muchísimo tiempo”, así es como lo expresa Tata Serafín Teodoro Domínguez (entrevista realizada el domingo 5 de septiembre es su casa taller), músico, compositor y artesano del sombrero de la ex isla de Jarácuaro , y uno de los más prolíficos compositores de pirekuas que se mantiene con vida. A decir de Tata Serafín se aprende de forma oral, de maestro a alumno, algunos con “nota” y otros de “oído”.


Entrevista en la casa taller de Tata Serafín Teodoro Domínguez

Retomando a Néstor Dimas, expresa que pareciera en primera instancia que la Pirekua nace del sincretismo de la música y de los cantos religiosos europeos con las reminiscencias de la música y los cantos prehispánicos, utilizando como medio de expresión la lengua p’urhépecha.

Tanto el músico lirico como el estudioso tienen concomitancias al mencionar de diferente forma que la pirekua ha evolucionado en su temática. Refiere Dimas Huacuz que los textos más antiguos del s. XIX, se refieren a la lírica filosófica, de carácter cosmogónico teogónico. Tata Serafín comenta coloquialmente que se canta a todo, principalmente a la mujer y a los hombres que según su vida y su comportamiento con la mujer se merecen una canción, pero que también se canta a la naturaleza y a las cosas que pasan en la vida, y da el ejemplo de cuando se come rico pero la “comida cae mal”.

En la entrevista antes citada también se encontró presente el músico acompañante de Tata Serafín, Don Pedro Gabriel, quien enriqueció el diálogo comentando que la Pirekua es parte del cortejo, se lleva de serenata, se le canta bonito a la mujer y se baila en las fiestas, en las bodas y celebraciones.

Tata Serafín es de lengua materna p’urhépecha, aprendió el castellano ya grande, cuando tuvo necesidad de salir de la isla a trabajar, por eso le gusta enseñarle a la gente lo que son las palabras y dice que Pirekua quiere decir: una canción, canto.

La Pirekua que se podría considerar como más reconocida es la Flor de Canela Tsistsiki urapiti, que data de 1900, a la que se le han realizado variaciones y arreglos en cada una de las diferentes regiones p’urhépecha y se mantiene discusión sobre si origen y compositor. Dimas Huacuz asegura que no obstante el proceso de influencias culturales, la Pirekua es tan propia de los p’urhépecha como la mengua misma en que se canta. En el mismo tenor Tata Serafín expresa que la Pirekua se canta “en las horas que nazca el gusto” y que a la gente le gusta más escucharla y cantarla en lengua materna.

Se compone en verso, Tata Serafín no sabe definir cómo lo hace, dice que lo hace con el “puro sentido y sentimiento, sin fijarse de la métrica”, sin embargo sabe que está en 3/8 y que se canta con la escala pentafónica. Dice también que se acompaña con el requinto, la guitarra, el totoloche (bajo) y a veces la viguela. Él compone a todo, al mar, a la naturaleza, le inspiran los sentimientos, el dolor, no tiene distinción de temas porque todo le inspira.


Tata Serafín y Don Pedro Gabriel cantan una pirekua

Al respecto Dimas Huacuz menciona que la Pirekua puede ser empleada como fuente de información sobre los diferentes problemas que aquejan a la población p’urhépecha. Dice textualmente:

“Es evidente que la Pirekua tiene una gran demanda en la propia sociedad p’urhépecha, ya que a través del canto social se comparten sentimientos, pasiones, alegrías, se comunican acontecimientos, se defiende la identidad, se hace un llamado a la conciencia popular y se manifiestan protestas sobre ciertos temas regionales. Por eso ha resultado ser el canal más buscado para expresarse, o quizá es el que está más al alcance de los p’urhépecha en un contexto donde todavía prevalece la marginación y la explotación indígena”.

En relación a la danza que acompaña la Pirekua, los dos músicos de Jarácuaro mencionan que se baila valseado, suavecito, que es un baile “decente”, ahora se baila en las fiestas, en las bodas y cuando se “sienten ganas” y la indumentaria puede ser “la que se traiga puesta”, cuando se hace una “presentación” ante turistas o en las fiestas en las que hay concurso como en la celebración de la tradicional Noche de Muertos, en que se realiza en Jarácuaro la Fiesta de la tradición p’urhépecha, en la que se compite en música y danza tradicional, es entonces que se prepara, se ensaya y se baila con todo el vestuario tradicional de la mujer y el hombre.

Traje tradicional de la mujer y el hombre p’urhépecha,
en el museo “El hijo del Lago” 
de la isla de Janitzio en el lago de Pátzcuaro


3. LA PIREKUA COMO EXPRESIÓN DEL PUEBLO P’URHÉPECHA

Néstor Dimas Huacuz (1989) expone dentro de su ensayo sobre la Ecología en la música P’urhépecha, que:

“Los p’urhépecha, no obstante su interacción con la cultura española desde los tiempos inmediatamente posteriores a la Conquista, cuando el obispo Vasco de Quiroga fundó sus hospitales en un intento por hacer realidad la utopía de Tomas Moro, han conservado sus costumbres.

Desde la antigüedad, la creatividad del pueblo p’urhépecha ha reflejado sus sentimientos y aspiraciones: amor, melancolía, sufrimiento y rebeldía que son los elementos que impregnan el contenido literario de las pirekuas. Éstas son las canciones p’urhépecha de amor y protesta, de lucha por preservar la identidad y los recursos comunales”.

Tata Serafín Teodoro Domínguez 
y su grupo los Ribereños de Jarácuaro

En la entrevista con Tata Serafín Teodoro Domínguez, él expone, sin contar con ningún fundamento más que aquel de su propia experiencia como músico y compositor tradicional, que la pirekua es muy antigua, que aunque la guitarra sea de origen español, el canto es de ellos, como indígenas, desde siempre, porque se canta en su lengua y no en ninguna otra.

Aunque se ha comenzado a cantar en español para que los demás la comprendan, pero se alterna en lengua materna y en español, porque el sonido es diferente, “en p’urhépecha suena más bonito”. Esto se refuerza con el sentido que Dimas Huacuz (1989) expone al decir con profundidad que la pirekua es una composición literario-musical con la que se expresa el pueblo p’urhépecha. Tiene diversos matices y contribuye a la identidad y cohesión étnica. No sólo es la música lo que constituye un rasgo de identificación, sino fundamentalmente el lenguaje que se utiliza.

Niñas de la comunidad de Jarácuaro con su vestido tradicional

Las pirekuas son cantadas de manera individual, en dueto entre hombres o entre hombre y mujer, así como en trío o en grupos corales; pueden acompañarse con una guitarra o dos, con orquesta de cuerdas, o ser cantadas a capela. Existen dos ritmos: el son o sonecito y el abajeño. El primero es un ritmo de de 3/8, suave, pausado, melancólico, casi parecido al vals; el abajeño es un ritmo de 6/8, más alegre, con más movimiento y que se utiliza en las diferentes danzas de la región. Cabe aclarar que la pirekua se canta con cualquiera de los dos ritmos (Dimas, H. 1989).

A ese respecto Tata Serafín Teodoro platica que el son abajeño se zapatea y la pirekua se baila suave, y los dos son con letra; que cuando es solamente “abajeño” es sin letra, pura música. Entonces, se deduce que cuando es un “son abajeño” conlleva letra y forma parte de los ritmos de la pirekua y, cuando es sólo “abajeño” es únicamente instrumental.

La pirekua se canta en las cuatro zonas en que se divide la región p’urhépecha: Tsirondarhu (Ciénega de Zacapu); Eraxamani (Cañada delos once pueblos); Juatarhu (Sierra) y Japonda (Lago de Pátzcuaro).


4. BAILAR LA PIREKUA

En un libro o folleto de pocas páginas, fotocopiado, apócrifo sin autor y sin datos de editorial ni impresión, que circula entre la población p’urhépecha, se encuentran interesantes expresiones relacionadas a la pirekua y la forma en que se baila, a continuación se reproduce parte del texto:

“La pindekua (costumbre) es bailar la pirekua de forma suave, la mujer vestida con su traje tradicional: fondo blanco bordado, rollo (tela de lana de varios metros sin costura), cinta fuertemente amarrada a la cintura, y el delantal largo, bordado, con una blusa bordada en punto de cruz, y cuando es de gala es con una blusa de satín con olanes y encajes de manga corta. Acompañado con un rebozo de “bolita”, en los hombros y cruzado por el pecho. La pirekua la bailan las mujeres y el abajeño lo bailan hombre y mujeres, sólo los hombre zapatean y las mujeres se mueven suave, balseado. Las mujeres no zapatean”.

Delantal bordado en punto de cruz del vestido tradicional p’urhépecha

Generalmente cuando se baila en las fiestas y bodas no existe una coreografía o trazo específico, sin embargo por observación directa, se detecta que la mujer suele bailar alrededor del hombre, de frente a él y en círculo. Cuando se baila en una representación o en concurso si existe trazo coreográfico, los cuales son más actuales y no se sabe que haya una coreografía que se hubiera mantenido de tiempos antiguos a la fecha.

En la actualidad se preparan danza más elaboradas para el Concurso de la Raza P’urhépecha de Zacán y el Festival de la Cultura P’urhépecha de Jarácuaro, así como en la celebración del Fuego Nuevo, cada 2 de febrero (año nuevo p’urhépecha), que se va rotando de comunidad y en cada una los símbolos de la Nación P’urhépecha (bandera de los cuatro rumbos, copalero, fuego y piedra sagrada) se mantienen por un año, hasta la entrega a otra comunidad. Tiempo durante el cual en la comunidad anfitriona se realizan celebraciones en su honor, en las que la música y la danza se hacen presentes para fortalecer la identidad y el orgullo de la Nación P’urhépecha.

Así mismo, se mantiene en los grupos de danza folklórica de Michoacán, la tradición de bailar pirekuas como parte del repertorio regional, sea en su modalidad de son o de son abajeño, realizando coreografías que principalmente tienen trazos en diagonal, cruzándose entre dos columnas y después manteniéndose de frente. A diferencia de la danza de los viejitos o la danza del pescado blanco, que tienen tradición de figuras en el espacio y desplazamientos definidos, la pirekua es de libre ejecución, ya sea en las celebraciones espontáneas, en las bodas y como dice Tata Serafín “cuando nace el gusto”.  


5. CONCLUSION.

Definitivamente la pirekua como forma musical del folklor mexicano es un claro ejemplo del sincretismo y al mismo tiempo de la resistencia cultural de los pueblos originarios, que si bien han mantenido sus tradiciones y cultura pese a los embates de la transculturización, la globalización y los medios masivos de comunicación, así como de los fenómenos sociales de la migración, son en sí mismas la exaltación de una visión del mundo.

Amparo Sevilla (1990) en su libro “Danza, cultura y clases sociales” declara que las danzas y bailes tradicionales se manifiestan por medio de patrones o modelos de movimientos corporales expresivos, que son transmitidos anónimamente y espontáneamente por la tradición oral y la imitación.

Continua escribiendo que el baile tradicional se encuentra, por lo general, ubicado dentro de un contexto festivo de carácter profano, recreativo y generalmente propicia las relaciones entre hombres y mujeres.

Además de propiciar y fortalecer el tejido social por medio de las relaciones entre hombres y mujeres, que como bien expreso Tata Serafín Teodoro, la pirekua es un canto de cortejo, es un canto y una danza decente. Ya que para los usos y costumbre de la cultura p’urhépecha, las relaciones que anteceden el matrimonio deben ser acompañadas por un tiempo prudente en el cual se conoce más profundamente la futura pareja, y la pirekua y su expresión danzada son parte fundamental del proceso de conocimiento y reconocimiento. Sin embargo, aún con los cambios y con las diferencias generacionales, se mantiene esta tradición, quizá ya con cambios y alteraciones pero con aceptación que persiste entre los jóvenes de la región lacustre. Si bien, no solamente es un canto de cortejo, como ya se ha visto, que expresa y denuncia, expone y aclara, los contextos y circunstancias que vive el pueblo p’urhépecha, sigue siendo un puente de comunicación entre géneros y generaciones, regiones y territorios.

En el libro “Sobre el concepto de interculturalidad”, Reflexiones de Raúl Fornet-Betancourt (2004), se diserta ampliamente sobre el diálogo simétrico con los otros. Lo que realmente separa o dificulta la comunicación no son las diferencias contextuales sino la interpretación que hacemos de esas experiencias y, sobre todo, las definiciones que luego se elaboran en base a dichas interpretaciones. Por tanto, en relación a la pirekua como forma musical del folklor mexicano, no se pretende en este pequeño estudio y ensayo, establecer una categoría de análisis dogmático ni excluyente, ya que se contó con pocos datos bibliográfico y dos fuentes vivenciales: la entrevista con Tata Serafín Teodoro Domínguez como uno de los músicos tradicionales y compositores actuales más prolíficos y reconocidos en la región; y la experiencia de vida de más de diez años de radicar en la región, de quien esto escribe, así como de la herencia cultural que conforma su genealogía, lo que da un matiz específico al reconocer cada proceso, como parte viva de la cultura y la identidad propia, ya que como expone Raúl Fornet-Betancourt (2004), las prácticas culturales de la gente en sus respectivos contextos van creando pautas de orientación, sentido y valores.

Danza de los viejitos 
en el Atrio de la iglesia de San Pedro
en la ex isla de Jarácuaro.

Para saber cómo está una cultura, se requiere observar, aprender, valorar y conservar todo aquello que enriquece el presente y fortalece el porvenir, manteniendo del pasado cercano o remoto, lo que permita crear consensos en armonía con la narrativa de quienes están inmersos en las prácticas culturales; es aquí, que la música tradicional y la danza son elementos vitales para el florecimiento de las nuevas generaciones, que dentro de la transformación natural e hibridación cultural, mantienen la visión y cosmovisión que da continuidad a un pueblo.

La oralidad y la corporalidad presentes en la pirekua y su expresión dancística, permiten la transmisión de un conocimiento empírico que va más allá de toda explicación lógica y conceptual, trazando las posibilidades de fortaleza e identidad colectiva por medio de la relación entre la lengua materna y su motivación para el movimiento hecho danza, en la que los saberes tradicionales no entran en conflicto con la modernidad ni con los anhelos de desarrollo de las generaciones actuales.

Es decir, la pirekua como canto y como música para bailar, son un puente de comunicación de los sueños, sentires y pensares que se transmiten y se comparten entre los miembros de una comunidad y sus interrelaciones cercanas y lejanas, ya que los migrantes se llevan su música, la cantan y la bailan sea donde sea, y cuando regresan, uno de los lazos inalterables es el cantar de memoria las pirekuas del pueblo y bailar en las fiestas con sentimiento y entrega al ritmo y su narración, ya sea que vaya dirigida a una mujer, a la naturaleza, a un problema comunal o a una experiencia romántica.

Como conclusión, el aprendizaje principal al haber realizado el presente ensayo, es que la pirekua y su forma dancística, ha sido, es y será una expresión del alma, la mente y el corazón de la Nación P’urhépecha y por ello, de los mexicanos todos, como miembros de una nación multicultural, rica y orgullosa de su herencia y su horizonte.




6. REFERENCIAS DOCUMENTALES

HERRERA, Julio. Coordinador. (2002) Cinco décadas de investigación sobre música y danza indígena. Volumen I. Néstor Dimas Huacuz. La ecología en la música p’urhépecha. Tomado de México Indígena No. 27, INI, marzo-abril de 1989. Instituto Nacional Indigenista. México.

FORNET-BETANCOURT, Raúl. (2004) Sobre el concepto de interculturalidad. Consorcio Intercultural. México.

MAC GREGOR Campuzano, José Antonio. (1995). Reflexiones entorno a la “identidad”. PACAEP/SEP.

TORRES Latorre, Bárbara y otros. (1998). Fundamentos para el desarrollo sostenible de la cuenca del lago de Pátzcuaro. Cuaderno de trabajo. Centro de Estudios Sociales y Ecológicos A.C. Pátzcuaro, Michoacán.

Entrevista realizada a Tata Serafín Teodoro Domínguez y a Don Pedro Gabriel, por Cardiela Amézcua Luna y documentada en fotografía y video por Ramón Merino. Domingo 5 de septiembre de 2010, en la casa taller ubicado en la ex isla de Jarácuaro, municipio de Erongarícuaro, Michoacán.

www.colmich.edu.mx/files/Nestor_Dimas_Huacuz.pdf

www.purhepecha.com.mx


7. ANEXOS


Mapa de ubicación geográfica de la investigación sobre la Pirekua.

Fotografías.


Tata Serafín interpretando una Pirekua de su inspiración

La entrevista en su casa taller de sombreros artesanales, rodeado de instrumentos e imágenes religiosas.
El semblante de generosidad que identifica a Tata Serafín Teodoro, uno de los compositores más prolíficos de Pirekuas de la región lacustre.
  Bailando valseado al suave ritmo de la Pirekua

Se anexa vía internet un corto de 15 minutos de la entrevista realizada a Tata Serafín Teodoro Domínguez y a Don Pedro Gabriel, por Cardiela Amézcua Luna y documentada en fotografía y video por Ramón Merino. Domingo 5 de septiembre de 2010, en la casa taller ubicado en la ex isla de Jarácuaro, municipio de Erongarícuaro, Michoacán.


Estructura de la entrevista:
* Platíquenos sobre la pirekua.
* De qué temas habla la letra de la pirekua.
* Qué le inspira para componer una pirekua.
* Cómo la compone.
* Qué significa la palabra pirekua.
* Cuál es la estructura de una pirekua.
* Con qué instrumentos se acompaña.
* Cuándo se toca la pirekua.
* Qué función social tiene en las celebraciones.
* Puede tocar una pirekua para escucharla.
* Quien la baila.
* Cómo se baila.
* Cuándo se baila.
* Con que vestuario se baila.
* Qué importancia tiene la pirekua para la cultura p’urhépecha.


N.de LAREDAN: Nuestro Agradecimiento a la autora por permitirnos reproducir este trabajo de investigación tan interesante y valioso.
LABORATORIO DE RECOPILACIÒN DE LA DANZA U.deG. 

4 comentarios:

  1. me encanto que alguien se interesara por la musica tradicional como son las pirekuas y cabe mencionar que se le deve de dar seguimiento a esa investigacion llevarla a las escuelas para que los niños tengan una nocion de lo que es la musica tradicional espero y confio que algun dia esto pase muchas felicidades

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas Gracias Juan Carlos, nos alegra tu comentario, pues nos demuestra que en parte estamos cumpliendo el objetivo de "DIFUNDIR".
      Ahora a los
      Profes, nos tocaría extender esta difusión que sin duda es muy necesaria.
      GRACIAS DE NUEVO.

      Eliminar
  2. Si, muchas felicidades! Les habla Juan Rivera, vivo en Chicago desde hace 12 años y también me siento afortunado de leer estos blogs para conocer un poco de nuestra música auténtica. Soy de Aguililla Michoacán y soy músico desde niño.
    Aqui, en Chicago, tengo un programa de música tradicional y estoy investigando un poco acerca de la Pirekua. Formo parte del grupo www.sonesdemexico.com y tambien tengo algo de informacion en video en mi canal www.youtube.com/mexicanmusic2
    Saludos y muchas gracias!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Juan, nos permitirias publicar alguno de tus materiales en este espacio?
      Gracias por tus palabras.
      Motivan mucho.
      Luis Benjamin

      Eliminar