sábado, 3 de septiembre de 2011

LOS MASAI

UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
CENTRO UNIVERSITARIO DE ARTE, ARQUITECTURA Y DISEÑO
DIVISIÓN DE ARTE Y HUMANIDADES






TALLER DE ORIGEN DE LA DANZA

LAS DANZAS DE LOS PUEBLOS ABORÍGENES
PROTOCOLO

LOS MASAI

EQUIPO 1 :
Guzmán de Alva Gladis
Vázquez Caro Erick Yaret
Henze Mayan
05 de Octubre 2007



LOS MASAI

















Pueblo estimado en unos 883.000 individuos, alrededor del 1% de la población keniata, que viven en Kenia meridional y en Tanzania septentrional. Hablan maa, que es una lengua nilótica oriental. La mayoría de los masais mantienen su religión tradicional, en donde su dios es Nagai y era el dios de la tierra para ellos, las vacas son sagradas, y por tanto lo son su tierra y todos los otros elementos concernientes a su ganado. La etnia masai está compuesta por cuatro grupos tribales diferenciados: los samburu, los arbusa, los baraguyu y los masais. Estos últimos se consideran con el tiempo como el grupo principal, dominando militar y socialmente a los restantes grupos de su propia etnia y a las demás etnias vecinas, entre otras a los Kikuyu y los Nandi.

 
Los masais (o "maasai", como ellos mismo lo deletrean) son pastores nómadas que viven hoy, como siempre han hecho, en las llanuras abiertas del sudeste de Kenia y el nordeste de Tanzania. Su vida y su cultura tradicionales giran en torno a su ganado vacuno, en el cual cifran exclusivamente la riqueza, y se trasladan a dondequiera que las condiciones sean mejores para sus reses. También cazan ocasionalmente y recolectan algunas especies vegetales autóctonas como el aloe vera, que emplean para las "quemaduras frías" pero por lo general no se dedican a la agricultura. De hecho una de las principales características que siempre definieron los perfiles culturales de los masais, diferenciándoles de las otras culturas de la región, ha sido su profundo desprecio por la agricultura, considerándola una actividad también radicalmente los productos de la tierra cultivados como fuente alimenticia., su actividad principal es la ganadería.

Los masais viven en asentamientos llamados bomas o enkang que normalmente comprende a varias familias (de diez a veinte viviendas) , chozas hechas de ramitas y rodeadas por empalizadas para encerrar el ganado y para mantener su privacidad de los forasteros que no suelen ser bien recibidos. Las chozas se construyen con unos extraordinarios ladrillos preparados a base de excrementos de animales, paja y barro a fin de impermeabilizarlos y darles resistencia. Las paredes interiores son alisadas y posteriormente ahumadas y suelen contar con diminutos tragaluces pero no ventanas.

La sociedad está estructurada mediante un sistema de grupos de edad que separan a los hombres jóvenes y  muchachas preadolescentes de los mayores, y sus esposas y niños. Cada persona pertenece durante toda su vida al mismo grupo de edad con e l que participó en los rituales de su circuncisión. Cada grupo de edad, irá pasando a lo largo de su vida por sucesivas ceremonias que le permitirá ir a asumiendo mayores cotas de responsabilidad y poder social. Pasan por siete etapas o grupos de edad, de las que cuatro corresponden a su situación de guerreros: menor, guerrero mayor, superior menor y mayor superior. Tras la circuncisión los chicos se convierten en hombre y guerreros menores. Los guerreros masai están obligados culturalmente a portar su arma allá donde vayan, consistentes en un cayado, garrote o espada de unos sesenta centímetros de longitud, de madera y/o metal.

Las características físicas de los masais, fundamentalmente de origen sudanés, les favorecía para la actividad guerrera, ya que son personas altas, fuertes y extremadamente ágiles. Los masais, conscientes además de poseer una gran belleza, adornan profusamente su cuerpo con elegancia y coquetería, utilizando llamativos collares de cuentas, brazaletes, pendientes que curiosamente correspondes con el corte de la oreja del buey o con un dibujo del hierro candente con que marcan su ganado. El clan de los herreros proporciona a las mujeres unos anillos de bronce que se colocan formando filas en los brazos y tobillos. Tanto los hombres como las mujeres lucen vistosas dilataciones en las orejas de hasta un palmo de longitud en la parte inferior del pabellón auricular, y del diámetro de una moneda pequeña en la parte superior, que acostumbran a adornar con maderas y cuentas de colores.
Cuidan mucho su complicado y decorativo peinado, con numerosas trenzas largas a las que dan consistencia untándolas con grasa y barro cuyo color tiñe el pelo de un característico color rojizo. Los jóvenes masai dedican horas a trenzar el pelo de los guerreros, signo de fortaleza Los guerreros llevan el pelo largo con una trenza que les cae por delante de la frente y otra que dejan caer sobre la espalda. Acostumbran a vestir una tela anudada sobre los hombros de vivos colores, generalmente rojas con diseños geométricos, sobre otras piezas de ropa.

Los masai se agrupan para danzar, distribuyéndose en circulo, comienza a moverse cadenciosamente. Al intensificarse el ritmo, los pesados collares de cuentas de las muchachas golpeas sus hombros al compás de la danza. Entonces uno a uno, los guerreros masai se sitúan en el centro y dan unos espectaculares saltos verticales, los cuerpos rígidamente rectos, las manos pegada a los costados, las rodillas juntas, y un puñado de hierba fresca apretada bajo los sobacos. Pueden seguir bailando hasta que todos se hallan exhaustos. Los cuellos de las mujeres oscilan hacia atrás y hacia adelante siguiendo el ritmo del tambor; algunas llevan hasta docenas de collares.

La Danza

Esta danza era practicada para fomentar la reproducción, lo cual la convierte en una danza de tipo fértil. Se dice que las mujeres y hombres que en ese momento eran fértiles se retiraban a un claro en el bosque, sin la compañía de nadie, solo los individuos que en ese momento fueran capaces de procrear. Ahí en el claro del bosque comenzaban a danzar de forma candente, las mujeres trataban de atraer al hombre para que este las escogiera. Los movimientos característicos del hombre masai eran saltos verticales, con las manos pegadas al cuerpo, aquel que llegaba mas alto era el “mejor”. Una vez que el hombre había elegido a una mujer, ambos se retiraban a algún espacio en el bosque en donde tenían relaciones sexuales. Esto no era con el fin de contraer matrimonio, sino únicamente con el fin de procrear y aumentar su población.

Nosotros elegimos esta danza con el fin de mostrar una pequeña parte de la vida de los masai, además de que esta es una de las pocas danzas de los masai en donde también están involucradas las mujeres. La mayoría de sus danzas son únicamente de hombres, que saltan para ver quien es más ágil.

Estamos concientes de que nuestra propuesta puede no ser apegada a la realidad, ya que no conocemos a los masai con exactitud, mas sin embargo tratamos de llegar a crear una danza muy similar a la original, basándonos en información que antropólogos han escrito acerca de ellos y que creemos puede ser cierta.

Guzmán de Alva Gladis

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