jueves, 19 de enero de 2012

FRAY BERNARDINO DE SAHAGUN


Alejandra Mendoza Quiñónez.
                En la actualidad reconocemos a la etnografía como una ciencia joven, que ha tenido diversas aportaciones y avances desde su aparición hasta hoy, ayudándose de métodos científicos para la investigación y así obtener prestigio entre otras ciencias. Pero ¿es realmente una ciencia nueva?. Si hacemos una revisión en la historia, específicamente la de México, se puede encontrar a un franciscano que hace cinco siglos, emprendió por vez primera en la historia del mundo, la más completa investigación etnográfica, mucho antes de que el mismo Lafitau (generalmente considerado como el primer etnógrafo) escribiera su obra sobre las costumbres de los iroqueses.

El contenido de la obra de Sahagún no se considera propiamente histórico como algunos creen, sino más bien etnográfico y lingüístico, es por eso que se le considera como el pionero de la etnografía.

Gracias al especial interés que mostró por saber más de esa nueva sociedad, desde su llegada a la Nueva España, Sahagún hizo un minucioso trabajo de recopilación, para así servir mejor en su tarea como misionero, quería proporcionar una suma de conocimientos útiles a los misioneros, que para mejor cumplimiento de su tarea evangélica debían hallar puntos de contacto con el pasado cultural indígena. Su maravillosa intuición lo llevo a valerse de diversas técnicas de recopilación de datos: una el uso de informantes orales, los cuales fueron seleccionados minuciosamente, estos mismos  fueron informantes gráficos  ya que estaban acostumbrados a comunicarse de esa manera, otro punto a favor de Sahún fue el de aprender a la perfección la lengua natural de los indígenas y además ganarse la confianza de estos.

                Llega a la Nueva España en 1529 con la tarea de evangelizar, es profesor destinado a la instrucción de los indígenas de familias principales en Tlatelolco, es a partir de 1562 que se consagra a la redacción de su “Historia general de las cosas de Nueva España”. Los años de 1566 a 1569 los dedico a pulir y corregir la obra, los cinco primeros libros se ocupan de la religión y supersticiones de los mexicanos; el sexto y séptimo de la vida intelectual; el octavo del gobierno; el noveno de los artesanos y mercaderes; los dos siguientes son un diccionario de términos de la lengua náhuatl; el último y menos importante es una breve historia de la conquista española.

En el siguiente ensayo únicamente  se toman como referencia y como objeto de análisis los dos primeros libros de la obra completa de Sahagún, y solamente lo que se refiere a danza.
 Es difícil separar a la danza como un hecho aislado de las actividades cotidianas de un ser humano y más en la vida que llevaban  los antiguos mexicanos ya que su actividad diaria estaba plagada de ritos y ceremonias y estas a su vez eran acompañadas con danzas, cantos y música, que según la festividad adquirían su sentido, ya que este no siempre era el mismo.
 Debido al que el pueblo era politeísta  tenía una gran diversidad de festejos diferentes unos de otros y por lo tanto cada acto que se realizará en estos adquirían sus propios sentidos.
 En lo que se refiere a danza específicamente, Sahagún aborda muy brevemente el tema dejando a la imaginación de los lectores el esplendor de las danzas. Únicamente hace descripciones generales de vestimenta, de  los instrumentos que se tañían acompañando a estas danzas, en algunas ocasiones menciona un poco del acomodo de los participantes (coreografías) y hace mención de lo raro que era para  el modo en que se movían, que nada tenía que ver con su concepto europeo de danza. Casi todas las danzas estaban ligadas a los ritos que los indígenas practicaban, los cuales eran muy numerosos. Me sorprendió encontrar como cada mes tenía un festejo en especial y como cada mes era tan solo de veinte días, apenas se estaban recuperando de un festejo cuando el siguiente ya estaba en puerta.
 Tenochtitlan, pueblo eminentemente religioso, no vivía sino para sus cultos
Y en esos cultos ponía el matiz y tónica de su vida entera.
Se sabe que dedicaban días enteros a la actividad dancística de esto se pude deducir que eran diestros en la materia, ya que después de tanto tiempo repetir una rutina se llega al perfeccionamiento y a la innovación en movimientos y desplazamientos, enriqueciendo cada vez más la gama de movimientos existente.
 El estudio de las danzas precortesianas es muy limitado, en cuanto a fuentes primarias se refiere, debido a que éstas fueron destruidas y olvidadas por las exigencias de los conquistadores y por los frailes misioneros, que consideraban diabólicas las actividades de los conquistados. Los testimonios más o menos directos que de estas sociedades nos quedan se deben a otros tantos conquistadores y frailes que, en sus crónicas dejaron los materiales para la historia de los pueblos de América precolombina. Aparte se debe de comprender que los cronistas venían de civilizaciones totalmente distintas con mentalidades un tanto serradas y sus escritos tienen mucho de su ojo crítico, algo parecido a que la información nos ha llegado ya digerida desde el punto de vista religioso, además en las crónicas que se encuentran tocan muy superficialmente a la danza , pero hay que tener en cuenta que la danza no formaba parte de su objetivo central, sino que solamente forman parte de una serie de generalidades que intentan describir una sociedad. 

Bibliografía.
 De Sahún, Bernardino.
Historia general de las cosas de la nueva España.
Libro primero y libro segundo.
Editorial Porrúa, México,1999.
 
Primer encuentro nacional sobre investigación de la danza.
Instituto Nacional de Bellas Artes.
México, 1992.

Gran Enciclopedia Salvat.
Salvat Editores.tomo XXIV.
Barcelona, 1999.

3 comentarios:

  1. muy buena informacion felicidades

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  2. Mil gracias por tu comentario, nos da la idea que sirve lo que aqui se publica con fines de DIFUSIÓN EDUCATIVA.

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