ESTAMPAS DE CUBA
De la Contradanza cubana nace en 1830 la «Danza», que se le llamó en el exterior Danza Cubana, Danza Criolla o Danza Habanera. Considerada entre los cubanos como Baile Nacional cuando la Guerra de los Diez Años en 1868 y por esta razón discriminada por los colonialistas españoles, que jamás la mencionaron y la confunden con las Habaneras y con la Contradanza; pero la Danza es de tiempo movido, sin texto y la bailaba una sola pareja.
La Danza decayó por el nacimiento del Danzón, estrenando la primera pieza el maestro Miguel Failde en Matanzas el 1ro. de enero de 1879 con el título de Las Alturas del Simpson. Con el estallido de la parte final de la Guerra de Independencia de Cuba contra España en 1895 se consideró oficialmente por los independentistas el Baile Nacional de Cuba, sustituyendo a la Danza y teniendo gran acogida en el exterior rápidamente, muy especial en México y New York. Es su forma sosegada, más lenta que la Danza, apropiada para nuestro clima, con posibilidades de descanso, la que a mi entender le da esa durabilidad de más de medio siglo en la preferencia de los bailadores, desde luego, evolucionando de acuerdo a cada etapa.
Igualmente en la década de 1930, después de dos siglos y medio de estar cultivando rumbas los esclavos africanos y sus descendientes en Cuba, se popularizó la Conga estilizada y la Rumba de Salón en Europa y Estados Unidos. Era el mismo tiempo del furor del Son, de ahí que se confundieran. Ese ritmo Son que el mundo conoció ya evolucionado, formalmente entra en Europa en 1929 con la participación de Ignacio Piñeiro y su Septeto en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, España, obteniendo diploma y medalla de plata con su tema Suavecito. Otra forma bailable que se confunde con el Son es la Guaracha. Dice desde Madrid en “Muñequito Racista”, su autor Lázaro Morell que «La guaracha surge como género en el
siglo XIX (...) poco a poco va perdiendo sus peculiaridades con el estallido del Son en las primeras décadas del XX, al ser absorbida por el omnipresente ritmo, hasta el punto que la guaracha que hoy conocemos es, en realidad, un son rápido», -especifico yo que solo soy bailadora-, que es por la rapidez de su ritmo y su melodía, no así el Son que el tempo es más variable, separado de la melodía que puede ir en otro tiempo.
El éxito del Mambo hizo que el maestro Enrique Jorrín en 1951 trabajando igualmente con el Danzón, componga “Silver Star” como Mambo-Rumba y son los bailadores los que le dan por nombre «Chachachá», para que el famoso afroamericano Nat King Cole paseara por el mundo su versión de El Bodeguero de Richard Egües. Del Chachachá en 1959 nace la «Pachanga» creada por Eduardo Davison, que es un Chachachá más proclive a pasos diferentes, dicen algunos que más bailable. Según declaraciones de Belisario López y Fran Ugarte es una combinación de ritmos que envuelven el Merengue, el Son Montuno y el Mambo. Cuando Davison se exilia en New York en 1961 ya su Pachanga era tocada por Joe Quijano y su Conjuto Cachano (con Charlie Palmieri al piano), además por Johnny Pacheco y para colmo, Arsenio Rodríguez le discutía también su paternidad. (es que con anterioridad el Cieguito Maravilloso había declarado que él había tenido participación en la creación del Mambo).